Con frecuencia vemos las calafias o camiones verde y crema que se dirigen a la zona oriente, saturados a todo lo que dan en las horas pico y algunos usuarios se preguntarán: ¿es posible que exista un lugar peor para viajar en trasporte público? Si lo existe y es el metro de la ciudad de México.
Mi recorrido comienza en la estación Canal del Norte y términa en Insurgentes. Son las 8:00 AM y requiero llegar a mi trabajo a las 9:00 AM. Si tengo suerte existe espacio en el vagón de lo contrario debes de cazar la puerta antes de que se abra para tener preferencia. Pero eso no te garantiza éxito.
Primera prueba. La colita
Si tienes suerte, del vagón saldrá la suficiente cantidad de personas para permitirte ingresar, pero primero debes de ceder el paso a los que salen. Y es como una jauría de perros deseosos de entrar aunque no se abran las puertas. El momento esperado llego y si sale gente ya la hiciste porque hay posibilidades de que puedas entrar, de lo contrario algunos hacen la maniobra de la colita y de espaldas presionan a la multitud para poder ingresar y no importa que tan apretada pueda estar la gente de adentro, el objetivo es que tu ingreses al vagón. No importa que parezcas compactadora de camión del servicio de limpia.
Segunda prueba. La estampida
Como no había mucho lugar, es casi seguro que te encuentres pegado a las puertas del Metro como mono de peluche de Garfield. Lo interesante viene en la estación de Pino Suárez. Como una fuerza incontrolable la gente sale sin consideraciones y debes de ceder a bajarte también porque te lleva la corriente. El riesgo es que exista tanta gente que también quiera entrar y tú pierdas el lugar.
Tercera prueba. Una buena ubicación
Gracias a mis padres soy de 1.80 de estatura lo que me facilita encontrar algún tubo de donde agarrarme porque los imbéciles conductores se detienen si consideración en cualquier momento cuando van a 80 km/h . Pero ha veces que te toca en medio de la entrada del vagón, donde ya no puedes más que hacer acto de equilibrista y si frena el vagón, ¡Pues ni modo! En muchas ocasiones ya ni tubos hay al lado de las puertas por lo que lo recomendable es tocar el techo y ya si no alcanzas ¡ni modo!
Continuará . . .
Mi recorrido comienza en la estación Canal del Norte y términa en Insurgentes. Son las 8:00 AM y requiero llegar a mi trabajo a las 9:00 AM. Si tengo suerte existe espacio en el vagón de lo contrario debes de cazar la puerta antes de que se abra para tener preferencia. Pero eso no te garantiza éxito.
Primera prueba. La colita
Si tienes suerte, del vagón saldrá la suficiente cantidad de personas para permitirte ingresar, pero primero debes de ceder el paso a los que salen. Y es como una jauría de perros deseosos de entrar aunque no se abran las puertas. El momento esperado llego y si sale gente ya la hiciste porque hay posibilidades de que puedas entrar, de lo contrario algunos hacen la maniobra de la colita y de espaldas presionan a la multitud para poder ingresar y no importa que tan apretada pueda estar la gente de adentro, el objetivo es que tu ingreses al vagón. No importa que parezcas compactadora de camión del servicio de limpia.
Segunda prueba. La estampida
Como no había mucho lugar, es casi seguro que te encuentres pegado a las puertas del Metro como mono de peluche de Garfield. Lo interesante viene en la estación de Pino Suárez. Como una fuerza incontrolable la gente sale sin consideraciones y debes de ceder a bajarte también porque te lleva la corriente. El riesgo es que exista tanta gente que también quiera entrar y tú pierdas el lugar.
Tercera prueba. Una buena ubicación
Gracias a mis padres soy de 1.80 de estatura lo que me facilita encontrar algún tubo de donde agarrarme porque los imbéciles conductores se detienen si consideración en cualquier momento cuando van a 80 km/h . Pero ha veces que te toca en medio de la entrada del vagón, donde ya no puedes más que hacer acto de equilibrista y si frena el vagón, ¡Pues ni modo! En muchas ocasiones ya ni tubos hay al lado de las puertas por lo que lo recomendable es tocar el techo y ya si no alcanzas ¡ni modo!
Continuará . . .
si no te gusta wey vete a tu ranho jajajaja pinche menonita
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